Es vital proteger el valor de la marca y son necesarias inversiones de forma sostenida para protegerse de los riesgos inherentes al negocio digital.
La seguridad forma parte del ADN de todo nuevo proyecto, aunque no resulte barato puesto que, en líneas generales, requiere una actualización y vigilancia continua más allá del momento en que se estrena el servicio.
La idea por parte de los bancos de dirigir a sus clientes al canal online, atrae a hackers, defraudadores y otros ciberdelincuentes que ven mayores oportunidades para ellos. Aunque hay que decir que los niveles de fraude online en la industria española no son tan altos como en otros países.
A nivel global, cuatro de cada diez ataques informáticos que implicaron el robo de datos personales o la suplantación de una identidad se concentraron el año pasado en el sector financiero y en el de medios de pago, según la información recopilada por la Anti-Phishing Working Group (APWG), una coalición internacional en respuesta al crimen cibernético que engloba 1.800 instituciones entre representantes de la industria, los gobiernos y las fuerzas del orden.
En su apuesta por mejorar la ciberseguridad, el grupo financiero que preside Ana Patricia Botín ha puesto en marcha el Santander Cyber Security Program un programa de control, prevención y respuesta a las amenazas digitales implantada en toda la entidad. Además, el grupo ha incluido a sus firmas subsidiarias en los ciberataques simulados que llevan a cabo terceros para testar la capacidad de detección y reacción de la entidad, y a los que también suelen someterse el resto de firmas del sector.
Desde la firma de servicios financieros Experian, por ejemplo, han desarrollado sistemas de análisis de los dispositivos desde los que se conecta el cliente para verificar a través de que medio está operando o desde qué país se ha conectado y añadir así garantías adicionales a la comprobación tradicional de su identidad.
Fuente:
- Diario Cinco Días.
- Diario Cinco Días.
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